Las personas que residen en el barrio de Cayo Hueso, donde nació y se crió el reguetonero cubano Daniel Muñoz, más conocido como El Dany todavía no pueden creer que haya muerto y le han realizado gran cantidad de homenajes.
Aquellos que lo conocieron coinciden en que era una persona muy humilde, que a pesar del éxito que obtuvo en la música nunca olvidó sus orígenes y que siempre estaba dispuesto a ayudar a las personas del barrio.
Una señora que vive en un albergue ubicado en el barrio, relató que el reguetonero conocía a casi todas las personas que residen en Cayo Hueso y que nunca tuvo un problema con nadie porque era un muchacho tranquilo y alegre.
Además, dijeron que decidieron llevar a cabo el homenaje en el lugar donde jugaba baloncesto con sus amigos porque era la zona que más le gustaba del barrio y que siempre sacaba tiempo para ir a ese sitio.
“Se pasaba el día ahí jugando baloncesto con todos los muchachos del barrio. Desde que doblaba por aquí empezaba a saludar a todo el mundo sin distinción de color. A pesar de la fama que tenía era una persona normal, nunca dejó de ser humilde”, declararon algunos de sus conocidos.
Sus amigos y conocidos pidieron que en esa esquina se coloque algún altar para que todos los que deseen rendirle homenaje a este popular artista puedan hacerlo y así mantener vivo su legado.
En algo en lo que todo coinciden es que El Dany fue un ejemplo de superación, una persona humilde que fue capaz de luchar por sus sueños y hacerlos realidad, pero sin olvidar sus orígenes.