Gladys Castañón, cuya hija estudia en la Escuela Primaria Robb, en Uvalde, Texas, y sobrevivió al tiroteo del pasado 24 de mayo, ofreció su testimonio al programa “Hoy Día” en el que contó los momentos de angustia que ha vivido desde que supo de la noticia.
La mujer contó que su hijo entró a la casa para informarle que estaban disparando en la escuela, por lo que ella partió de inmediato hacia el lugar: “Cuando yo salgo veo a los policías persiguiendo a un vehículo y se escuchan más tiros”.
Gladys cuenta que un amigo suyo le informó que el tiroteo estaba sucediendo dentro de la escuela, donde se encontraba su hija: “Sentí como algo que bajaba en mi estómago tan fuerte, pero cuando empecé a ver los elementos, lo único que quería era correr a ver qué era lo que estaba pasando”.
Ella intentó ingresar a la escuela, pero los agentes se lo prohibieron por su seguridad, debido a que el agresor se encontraba disparando. Asegura que entró en pánico porque quería ver a su hija viva y la incertidumbre la puso en tensión.
“Lo único que podía hacer, ya que no podía entrar, era orar. Me puse a orar, estuve orando todo el tiempo en el lugar donde yo pude estar. Me puse a pedirle al señor que cuidara y protegiera a los niños”, explicó.
Transcurrieron varias horas hasta que los niños comenzaron a salir: “Para mí fue una eternidad. Cuando pudieron abrir un portón corrí, porque vi que venían niños. Vi a una niña que venía herida porque una bala rozó su nariz. No podíamos verle el rostro porque era demasiada sangre”, contó la mujer.
De igual manera, señaló que los niños estaban atemorizados y pedían ver a sus madres cuanto antes. Ella tomó a varios y los trasladó hacia una funeraria cercana para resguardarlos.
“Después de varias horas nos comunican que se habían trasladado a los niños y yo no me quería mover, porque había visto que estaban sacando cuerpos, estaba viendo muchas cosas y no me movía del lugar. Yo quería ver a mi hija salir”, explicó.
Posteriormente, le indicaron que podía entrar para ver si su hija estaba dentro de la escuela: “Entré y al ver su carita, yo pude derramar mis lágrimas. Ahí me quebré al verla. Ella corrió y me abrazó y me dijo ‘mami, yo sabía que tú estabas orando por nosotros. Yo sabía que Dios estaba con nosotros’”.
“Yo no podía parar de llorar y abrazarla, yo solamente estaba agradecida con Dios por tenerla en mis brazos, pero sentía un dolor ajeno al ver a toda la comunidad conmovida. Madres que sus hijos ya no estaban”, añadió la madre.
La niña le explicó que una vez que el agresor comenzó a disparar dentro del salón de cuarto grado, la orientación de los que estaban fuera del aula era que corrieran y se refugiaran dentro de cualquier salón.
La menor tiene grabada en su mente la risa del atacante identificado como Salvador Ramos, mientras disparaba a los niños, y la describe, según su madre, como la risa del demonio.