Preso del 11J con padecimiento psiquiátrico se encuentra sin medicamento

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La vida del preso político del 11J Abel Lázaro Machado Conde, de 25 años de edad, corre peligro en la prisión de Quivicán debido a la falta de medicamentos.

Machado Conde cumple la injusta condena de 9 años de privación de libertad, acusado de los presuntos delitos de “desórdenes públicos” y “sabotaje”.

Su madre Beatriz Conde ofreció declaraciones a Radio y Televisión Martí, denunciando que, a pesar de que su hijo tiene un historial médico psiquiátrico que incluye tres intentos de suicidio, las autoridades penitenciarias lo mantienen sin los medicamentos necesarios, por lo cual su vida corre peligro.

Yo fui el día 6 de enero a ver a mi hijo, lo encontré muy ansioso y muy alterado, le miré la cabeza y tenía pérdida de pelo. Antier él me llamó y cuando hablamos me dice: ‘mamá, yo no te quería decir nada, pero hace cinco días que no duermo, siento que me dicen al oído que me quite la vida’. Yo le dije, ‘hijo, no me hagas eso por tu madre’, y él me dice: ‘mamá, me siento muy mal, no soporto la prisión más, ya no puedo más’”, explicó la mujer.

Según contó Beatriz, llamó a la prisión sumamente preocupada y se dirigió a Atención a la Ciudadanía para solicitar que su hijo fuera evaluado por una comisión médica, y solo recibió como respuesta que le habían recetado carbamazepina, medicamento que se suministra a los epilépticos, pero no le han facilitado los antidepresivos.

La madre responsabiliza al Ministerio del Interior (MININT) y a la Dirección de Cárceles y Prisiones por la seguridad de su hijo, ya que lo mantienen encerrado a pesar de que cuentan con toda la documentación relativa a su historial clínico.

Machado Conde fue diagnosticado con trastorno orgánico de la personalidad desde niño y presenta lesiones cerebrales desde los 10 años de edad, a lo cual se suman los intentos suicidas que ha tenido.

“Desde pequeño se intenta quitar la vida, se intentó cortar las venas, se intentó ahorcar con un cinto cuando tenía 10 años, se llenó de hematomas preparando una tendedera mientras yo estaba lavando, yo he pasado mucho en 25 años con ese niño”, lamentó la madre.

Beatriz entregó el historial clínico de su hijo al abogado y a un psiquiatra que lo evaluó en La Habana y este dictaminó que el joven no es compatible para permanecer en prisión.

Yo no se lo digo a mis otros hijos, pero estoy crítica de los nervios, porque imagínese que me acuesto a dormir esperando que me vengan a decir que mi hijito se me mató”, señaló la mujer muy preocupada.

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