Periodista independiente Héctor Luis Valdés revela detalles de su arbitraria detención

El periodista independiente cubano Héctor Luis Valdés Cocho, colaborador de la plataforma ADN Cuba, ofreció detalles tras su liberación, de lo vivido durante su arbitraria detención.

A través de las redes sociales, Valdés Cocho denunció que fue introducido a la fuerza dentro de un auto en el momento de su detención y trasladado hacia Villa Marista, donde fue interrogado por los esbirros de la tiranía.

Su mensaje, es reproducido íntegramente a continuación:

“¿Cómo explicarle a mí verdugo que yo soy una persona libre? Ya no alcanzan los dedos de las manos y creo que ni de los pies, para contar las veces que me he tenido que ver en la patética necesidad de estar frente a frente con quien por órdenes de otros me hostiga. Les juro que me cansa el mismo discurso, la misma trova y el mismo verso. 

‘¡Héctor deja ADN Cuba!’ ‘¡Héctor vete del país!’ ‘¡Héctor no te vamos aguantar una más!’ ‘Héctor, ¿por qué sigues en El Español?’ ‘Héctor ¿quieres que te consigamos para que termines tu carrera?’.

Son tantas y tantas veces repetidas que créanme en ocasiones, en medio de todo aquel circo, cierro los ojos y me pierdo. Es mejor fantasear por unos segundos con que nada de eso está ocurriendo que vivir el momento asqueante de que te digan lo que tienes o no que hacer. 

Terminé de cubrir las festividades por la noche de brujas acá en Cuba, festejos que los jóvenes, con lo poco que les brinda un sistema que sólo piensa en los suyos y deja en desamparo al pueblo por el cual deben velar, llevaban a cabo en la céntrica arteria del Paseo del Prado. Eran más de 300 muchachos, todos reunidos, algunos alejados de la realidad que viven y otros no tanto, pero escapando de ella por lo menos en esas horas. Ya me disponía regresar a casa, hablaba por teléfono con mi pareja Raúl Soublett López, cuando una persona vestida de civil me grita por mi nombre que me detuviera: ‘¡Héctor párate ahí!’.

Me detuve, lo miré y recuerdo que muy dentro de mí me dije: ‘No dormiré hoy en casa’. Sólo le dije a Raúl: ‘Oye, me llevan’.

Típico por parte de ellos, al más puro estilo Al Capone, parquearon un carro gris de matrícula particular, marca Geely delante de mí. No me daba la gana soportar en esta ocasión la arbitrariedad del solo hecho de detenerme sin cometer delito alguno; por eso me defendí como gata boca arriba. 

‘¡Héctor súbete!’ Entre empujones que me daban; puñetazos y arañazos que yo le daba. En fin, no puedo negar que en esta ocasión Héctor no era el mismo. Yo también golpeé.

Ya dentro, pues arrancó aquel carro y fuimos donde ya me imaginaba. Sabía que mi ya conocida Villa Marista me esperaba. Llegando, pues me llevaron directo a posar de manera sexy, ustedes saben: ‘Desnúdate, separa las piernas, ¿tienes algo con qué grabarnos?’.

¿Cómo se les ocurre animales que yo voy a salir con algún dispositivo para grabar qué? Yo voy a llegar a pensar que ustedes disfrutan el desnudarme o que me están captando para alguna película XXX, filmada por ustedes mismos, para calmar sus ansias sexuales, ya que dedican tanto tiempo en nosotros, creo yo que su vida íntima quede en segundo plano ¿no?.

El motivo de lo que ellos llaman entrevista y yo interrogatorio forzado, era por convocar a salir a las calles cuándo detuvieron a Iliana Hernández hace sólo unos días atrás, por estar apoyando la convocatoria a salir a las calles el próximo día 15 de noviembre y porque según ellos, mi trabajo como periodista de ADN les preocupa y mucho. 

No hablé absolutamente nada con ellos porque ya los años y la experiencia acumulada me ha hecho entender que en estos tristes casos lo mejor es callar. Pero aprovecho este post que sé que lo van a leer para decirles.

1. Por Iliana no convoqué, dije que saldría sólo. Yo sólo me basto y mi sobro.

2. No apoyo convocatorias de nadie, sólo apoyo la decisión soberana de un pueblo a salir cívica y pacíficamente a exigir sus derechos. Ya que soy del criterio que el pueblo es el único soberano de esta tierra.

3. Mi trabajo en ADN Cuba, así como en El Español, lo hago y lo seguiré haciendo como hasta ahora; apegado a la ética y la profesionalidad. Pero sobre todas las cosas, a la verdad. Esa que ustedes tanto temen.

Fue una noche en vela literalmente hablando. Dos interrogatorios por más de 40 minutos cada uno. A decir verdad, nunca me bajaron hacia las celdas, siempre estuve en el mismo cuarto antártico, con aquella temperatura que me tenía los huesos a punto de partir. Pero firme; firme en la convicción de que estoy realizando lo correcto.

¿Amenazas? Hubo muchas, pero ya estoy tan acostumbrado a recibirlas que para qué repetir el mismo discurso ya para mí gastado.

Vivimos tiempos difíciles, tiempos en que Cuba está experimentando cosas grandes. Nosotros lo sabemos y lo sentimos. Los perros lo saben y le temen. 

¡Buen día!”.

Los seguidores del periodista reaccionaron a su mensaje: “Las dictaduras siempre terminan sus días así, a la desesperada. Ánimo que queda poco” … “Que bueno que ya estás en casa. Me alegra mucho. Cuídate” … “Me alegra mucho que estés en casa de regreso y que los dictadores sepan que no estás solo, ¡Patria y Vida!” … “Un abrazo apretado Héctor. Espero y deseo que llegue pronto el día en que podamos brindar por una Cuba libre” … “Menos mal que ya estás en casa, seguimos arriba del lío, un abrazote grande” … “Tú eres fuerte y has mostrado mucha valentía y perseverancia. Esos perros no van a durar otros 60 años. Me alegra que estés en casa y podamos continuar leyendo tus escritos y viendo tus videos. Fuerte abrazo desde Alemania”.