Un niño cubano de 14 años de edad, murió este fin de semana en la selva del Darién, confirmó la Secretaría de Gobierno de Acandí al medio independiente Diario de Cuba.

El menor fue identificado como Bryan Rommel Corrales Bravo, hijo de Lisandra Bravo, quien el pasado mes de octubre perdió la vida en un naufragio cuando viajaba a Panamá para continuar su camino hacia los Estados Unidos. En ese lamentable incidente fueron rescatados del mar con vida Bryan, su hermana menor, su padre y otro grupo de migrantes.

El pasado jueves 4 de noviembre llegaron a Acandí comisiones de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), la Defensoría del Pueblo de Colombia, del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) y del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), para evaluar las condiciones de un supuesto corredor humanitario a través del Darién, pero ya la pequeña familia junto a otro grupo de migrantes habían emprendido su caminata a través de la “Loma de la Muerte”.

Un habitante de Acandí que prefirió mantener su identidad bajo anonimato, aseguró que: “En la zona ese corredor humanitario no existe”. Asimismo, indicó que en esa ocasión Bryan junto a su padre y hermanita: “Se fueron muy tristes y temerosos por la falta de apoyo a su drama”. 

Por tal razón, los vecinos de la zona se muestran conmovidos con la muerte de Bryan, quien de acuerdo a las propias palabras de los habitantes del lugar: “Se había ganado el afecto de todos”.

También indicó que la familia junto al resto de los migrantes que sobrevivieron al naufragio, habían recibido amenazas por parte de coyotes: “Lo único que hizo esa comisión fue conseguir que los llevaran gratis por la ruta. Un funcionario de la Defensoría del Pueblo habló con el jefe de los guías para que nos les cobrara. Cuando los vi salir me dije ‘los lanzaron a una muerte segura’, y no me equivoqué”.

Al parecer, las amenazas que recibieron los miembros del naufragio por parte de los traficantes de personas fue cierta, al punto que tanto el Defensor del pueblo de Colombia, Carlos Camargo, como su homólogo de Panamá, Eduardo Leblanc, elaboraron una carta conjunta en la que alertaron a sus respectivas cancillerías sobre esta situación.

En parte de lo que se podía leer en la misiva que mostraba fecha del pasado 20 de octubre, expresa que: “Los sobrevivientes del naufragio permanecían en Acandí recibiendo acompañamiento humanitario. Nos han dicho que temen por su seguridad porque han dado información a las autoridades sobre los traficantes ilegales responsables de la embarcación. Además, no están en las mejores condiciones para continuar su camino, a pesar de que siguen con el sueño de llegar al destino que han soñado desde que arrancaron sus travesías”. 

En esta carta las autoridades solicitaron crear un puente humanitario para los sobrevivientes del naufragio. Pero de no responderse esta solicitud lo ideal es que: “Se les permita un transporte por vía marítima hasta el puerto en Panamá, para poder continuar con su camino sin tener que pasar por las dificultades y exigencias que implica la travesía por los caminos del Darién”.

La caída de fuertes lluvias en la zona ha provocado la crecida de los ríos, dificultando el traslado de los restos del menor fallecido para que se pueda brindarle cristiana sepultura.

En cuanto al padre y la hermana de Bryan, su destino es incierto, pero se espera que las autoridades puedan ofrecerle la ayuda humanitaria necesaria.

Por su parte, la Defensoría del Pueblo, a través de Twitter publicó: “Solicitamos enfáticamente y una vez más, que se establezca ruta humanitaria para los migrantes entre Colombia y Panamá, luego de la muerte de un niño cubano de 14 años, al parecer por infarto, cuando intentaba atravesar el Tapón del Darién con su familia.

El menor de edad que falleció era uno de los sobrevivientes del naufragio del pasado 10 de octubre, cuando la embarcación iba de Necoclí a Panamá, y donde murió su madre. Gestionamos atención y asesoría para sus familiares, y atención humanitaria.

Después del naufragio solicitamos la ruta humanitaria a los gobiernos de Panamá y Colombia, establecer una vía marítima segura que evite que la gente tenga que atravesar la selva, pero no se ha atendido la solicitud. Urge hacerlo”.

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