La periodista independiente cubana Mónica Baró Sánchez publicó en sus redes sociales un texto con el que respondió al cantante Israel Rojas y a todas las personas que se niegan a criticar al gobierno por el video de Sandro Castro manejando un Mercedes Benz.
Mónica Baró comentó que el video de Sandro Castro no tiene ningún tipo de justificación, sobre todo porque proviene de una familia que ha estado en el poder durante más de sesenta años y que en ese tiempo han exigido múltiples sacrificios a los cubanos.
Además, dejó claro que el comportamiento de Sandro Castro no es ni inmaduro ni irresponsable, solamente es una muestra de los privilegios que tienen los miembros de la familia Castro a pesar que tanto Fidel como Raúl siempre abogaron por la supuesta igualdad en la isla.
También desmontó la comparación que realizó Israel Rojas sobre las acciones del hijo de José Martí: “Usar las faltas de José Francisco Martí para explicar las faltas de Sandro Castro y, de paso, eximir de responsabilidad a Fidel Castro por los privilegios con que ha vivido siempre su familia es ser muy poco martiano. José Martí nunca estuvo al mando de Cuba, aunque le llamaran presidente en sus últimos momentos de vida, aunque liderara el Partido Revolucionario Cubano. José Martí nunca accedió a privilegios por organizar una revolución independentista. Al contrario. José Martí murió en 1895, o sea, 17 años antes de la sangrienta represión que sufrió el Partido Independiente de Color. No hay ningún vínculo entre el crimen en el que tomó parte o del que fue cómplice su hijo en 1912, y su labor política”.
A continuación, reproducimos íntegramente las palabras de Mónica Baró Sánchez:
Quienes defienden a Fidel y Raúl Castro, ante el video en el que Sandro Castro, nieto de Fidel, alardea de su Mercedes Benz, lo más honroso que podrían hacer es guardar silencio. No hay manera, por más vueltas que le den al asunto, de minimizar el impacto de ese video. Ciertamente genera muchas preguntas: cómo un muchacho de su edad dispone de un vehículo como ese, que en Cuba podría costar más de 40 mil dólares. Y si es suyo, lo compró con sus ingresos y el fruto de su trabajo. Si fue gracias a que posee un negocio privado, con qué capital emprendió ese negocio. Por solo mencionar algunas muy elementales.
Pero, independientemente de esas preguntas que son bastante difíciles de responder, el alarde de un bien que es un lujo en Cuba, porque en Cuba tener un carro es un lujo, y más un carro moderno, supone una falta de respeto tremenda para el pueblo cubano. Sandro no es un chiquillo igual que otro cualquiera, Sandro es nieto de la persona que durante décadas impuso privaciones al pueblo cubano y promovió el sacrificio, el desinterés, los trabajos voluntarios, la entrega absoluta a un proyecto político, incluso a costa de los sueños individuales y nuestros afectos.
Usar las faltas de José Francisco Martí para explicar las faltas de Sandro Castro y, de paso, eximir de responsabilidad a Fidel Castro por los privilegios con que ha vivido siempre su familia es ser muy poco martiano. José Martí nunca estuvo al mando de Cuba, aunque le llamaran presidente en sus últimos momentos de vida, aunque liderara el Partido Revolucionario Cubano. José Martí nunca accedió a privilegios por organizar una revolución independentista. Al contrario. José Martí murió en 1895, o sea, 17 años antes de la sangrienta represión que sufrió el Partido Independiente de Color. No hay ningún vínculo entre el crimen en el que tomó parte o del que fue cómplice su hijo en 1912, y su labor política.
En cambio, sí hay un vínculo evidente entre el hecho de que Sandro Castro disfruta de lujos inaccesibles para la mayoría del pueblo cubano, que son lujos inaccesibles precisamente por las políticas de su abuelo y su tío abuelo, y los gobiernos de su abuelo y tío abuelo. A pesar de que Fidel falleció en 2016 y dejó la presidencia a su hermano años antes, la estructura de poder que estableció permanece intacta.
El mensaje más claro de este video es la enorme desigualdad que existe entre quienes forman parte de la familia Castro y la mayoría de las familias cubanas. Y este video de Sandro viene a sumarse a otra serie de imágenes, videos, testimonios, que hablan de lo mismo: los privilegios con que han vivido los descendientes de Fidel y Raúl. Además, esto nos habla de la incoherencia entre el discurso político de dos mandatarios frente al pueblo y su cotidianidad familiar. Si una figura política predica la austeridad, la impone incluso de distintas formas, debe predicar primero con el ejemplo.
En los años sesenta Fidel eliminó el envío de paquetes desde Estados Unidos para supuestamente evitar la desigualdad y evitar que las personas que los recibieran provocaran celos a las personas que no recibían nada. En Cuba crecimos machacados con el discurso de la igualdad a niveles extremos. Hubo momentos en que a las escuelas primarias no podía llevarse ni refresco de lata en lata, había que echarlo en un pomo, para no incentivar la desigualdad entre los niños y niñas. La desigualdad social siempre fue uno de los principales argumentos del poder para implementar prohibiciones.
Esto no es apenas un problema de malcriadez, inmadurez, frivolidad, como quieren hacer ver algunos. Esto es un problema de desigualdad social e incoherencia política. Si es, además, un problema de corrupción, habría por supuesto que demostrarlo, a pesar de que en Cuba nunca ha habido transparencia sistemática acerca de los ingresos y gastos de los funcionarios públicos cubanos. Pero solo la desigualdad y la incoherencia nos revelan que aquí hay un problema de fondo, no en Sandro, porque Sandro es un síntoma, una expresión de ese problema, sino en nuestro sistema.
Yo sé que duele decepcionarse, dejar de creer en alguien o en algo, y entiendo a quienes ven este tipo de cosas y creen que es el momento de reafirmar su compromiso o su fe en Fidel, pero ninguna fe o compromiso debería ser superior a la que profesemos por el pueblo cubano y por las personas más desfavorecidas. Intentemos no pensar en Fidel cuando veamos este tipo de noticias, sino en el cirujano que después de más de 24 horas de trabajo no dispone en el hospital ni de un baño decente donde asearse y tiene que ir para su casa lidiando con la ineficiencia del transporte público. Pensemos en nuestras maestras y maestros. Pensemos en los agricultores que ven podrir sus cosechas porque el camión del estado no va a buscarlas. Pensemos en la gente común.
Quienes defienden a Fidel y Raúl Castro, ante el video en el que Sandro Castro, nieto de Fidel, alardea de su Mercedes…
Posted by Mónica Baró Sánchez on Wednesday, March 3, 2021