Médico cubano Manuel Guerra pide asilo político en Estados Unidos

El médico cubano Manuel Guerra, quien arribó a Estados Unidos el presente mes de marzo, solicitó asilo político junto a su esposa.

Guerra realizó el trayecto junto a su pareja, la doctora Maylén Susel Álvarez. Partieron de La Habana el pasado 19 de febrero hacia Panamá para luego volar hacia El Salvador, posteriormente a Nicaragua, desde donde emprendieron camino hacia la frontera entre Estados Unidos y México.

En declaraciones ofrecidas a Radio y Televisión Martí desde la ciudad de Lakeland en la Florida, donde reside junto a su padre y otros familiares, el galeno señaló: “Es mi madre quien me pide en pleno llanto que me prefería lejos antes que preso. Y haciendo uso de ese respeto que uno siente hacia la madre, tomé la decisión de irme”.

El doctor fue acusado del presunto delito de “desacato”, por lo que tenía que acudir cada lunes a firmar en la tercera unidad de la policía en Holguín. Una de estas ocasiones, fue asediado por un oficial, quien le hizo la propuesta de que abandonara la isla.

“El teniente coronel Yiosvany, el segundo de la policía política en Holguín, con la sutileza y frialdad que caracteriza a un hampón de la mafia organizada, me dice que puedo terminar preso y que mejor valorara la posibilidad de irme del país”, contó.

Guerra fue expulsado el pasado mes de octubre de su puesto de trabajo, en la sala del Hospital “Nicodemus Regalado”, ubicado en el reparto Buenaventura, por su postura frontal en contra de la dictadura.

“El régimen no tiene límites en su afán de mantenerse en el poder con el terrorismo de Estado que lo caracteriza, busca los medios necesarios para aislar o erradicar a la oposición en Cuba y en uno de esos acápites caí yo. Así es como yo vengo a dar a estas tierras de libertad y agradezco mucho a Dios por darme esa oportunidad”, explicó.

Según cuenta, desde que aceptó la propuesta de abandonar la isla, las autoridades eliminaron la restricción para viajar, su pasaporte estuvo listo en pocos días y su causa fue suspendida.

Afirmó que recibió acoso por parte del aparato represivo de la Seguridad del Estado hasta su último momento en la isla. El día de salir, fue sometido a un interrogatorio en el Aeropuerto Internacional José Martí y cuando pensaba que no podía viajar, 15 minutos antes le permitieron abordar el vuelo.

“Finalmente, cuando todo terminó, me dijeron, ‘tenga buen viaje doctor’ y pregunté: ¿no me van a dejar entrar más a Cuba?, y repitieron ‘que tenga buen viaje doctor, ya le dije’”, comentó.

Sobre los días en que permaneció detenido el pasado mes de octubre, afirmó que se sintió solo: “No fue nadie a verme, a mi mamá la llamaron muy pocas personas y me sentí decepcionado, dolido. Y me dije, no creo que merezca eso por abogar por los derechos humanos de todas las personas y que cuando tenga que estar preso, mi mamá, mi esposa y mi futuro hijo se queden solas. Para estar solo aquí, estoy solo en un lugar que sepa que no estaré detrás de una reja injustamente”.

Asimismo, ofreció detalles de su difícil travesía, en la que pudo apreciar los niveles de corrupción de las autoridades, así como la inseguridad y los riesgos que se corren en el trayecto.

“Hay una corrupción que es incomprensible desde Nicaragua hasta México, aunque andes regular en un país como Honduras. Ahí nos dieron un salvoconducto de cinco días y, así y todo, nos querían extorsionar. Andando legal te quieren sacar plata, no imagino a los ilegales”, señaló.

Tuvo que asumir su rol de médico en varias ocasiones y ofrecer atención a varios de los migrantes, entre ellos, hipertensos y diabéticos.

“Un caso que me impactó mucho fue el de una cubana que, por escapar de migración, se tiró de un segundo piso y tuvo fractura abierta de tibia y peroné. La atención médica en esos países es mala, la soltaron sin cubrirla. No digo el nombre por ética, pero gracias a Dios, está bien en México todavía, recuperándose, sin dolor y sin infección”, relató.

El galeno se refirió a una excelente noticia que recibió durante el periplo, la confirmación de sus sospechas de que su esposa estaba embarazada: “Damos gracias a Dios por la bendición de tener nuestro primer hijo”.

Por último, aseguró que, por el momento, prefiere no pensar en la idea de retornar a Cuba algún día y destacó: “Yo tengo esperanza de que la dictadura tiene que caer en algún momento, no puede ser eterna”.