Manifestante del 11J envía carta desde prisión

El manifestante y preso político del 11J Duannis Dabel León Taboada, condenado a 14 años de privación de libertad, envió una carta desde la prisión Combinado del Este donde se encuentra recluido.

A través de sus redes sociales, el activista cubano Marcel Valdés, quien se ha mantenido activo en la denuncia de las injusticias contra los manifestantes del 11J y sus familiares, compartió la misiva del joven de 23 años de edad, la cual es reproducida íntegramente a continuación.

“Para Marcel:

Nunca nos rendiremos. Un pueblo no es independiente cuando ha sido revelado, manifestado, con ímpetu, valor para romper los grilletes de sus pies. Lo hacen cuando se arrancan las cortinas del fuego ardiente de sus ojos, cuando el río de sudor esclavo sea evaporado por el sol.

Me encuentro de luto. La mañana del 11/7/22 parecía normal, mucha calma, las montañas cubiertas de neblina, mi corazón no palpita, paralizado, sudando lágrimas cristalinas con mucha sed de venganza ¡Justicia! Por las injusticias cometidas, por arrancar la libertad, por todos los héroes heridos y caídos el 11/7/21 en nuestra bella, pero marchita isla. Sus espíritus siguen vagando en el combate heroico, son ejemplos a seguir. Nos guiarán a la victoria.

Mis sentimientos no me permiten tomar otra actitud. Que la sangre valiente derramada sea respetada por todo lo alto. Ni las estrellas a tus pies tienen igual valor. Siempre los tendré en mi mente y en mi corazón.

Observo por los barrotes la lluvia caer, el cielo gris. Escampa, se ve un gorrión con las plumas húmedas. A lo lejos una montaña de chatarra, detrás, el monte con muchas palmas reales marchitas.

¡Qué pasa mi Cuba! Fue usted la que gozó mi crecer y me brindó calidez en las noches frías. Me entristezco cuando presencio un hombre valiente, casi su semilla renunciaba de la existencia, esposado con un tallo espinoso, corría su sangre azul como el cielo, libre como las aves. Por su mano desgarrada los opresores le rocían un spray que a su alrededor no permite la presencia de ningún ser viviente.

El pobre hombre esclavizado vivía desnudo en una celda, con las paredes y el piso escritas con excremento, consignas que decían ‘¡Abajo la dictadura!’. Empezó a gritar reclamando sus derechos y los opresores mandaron a un oprimido a azotar a aquel pobre ser. Las voluntades son burladas. No respetan los derechos humanos y no existe la conciencia.

Marcel, te escribo estas vivencias que me ahogan de odio, para siempre tener presente que luchamos por una causa justa. No tengo manera de agradecerte todo el apoyo que has representado para nosotros y para nuestras madres. Gracias a todo el apoyo, siguen vivas nuestras esperanzas. La fe sigue firme. Sentimos que no hemos sido olvidados, que es nuestro mayor temor. Los ánimos nos lo levantan.

Preparen por allá en la realidad, con unidad amorosa, valiente, honesta y de forma inteligente, de todos aquellos seres humanos que aún sienten amor por su tierra y fe de hacer justicia. La valiente guerra honrada por la libertad.

Les deseo toda la sabiduría, voluntad, paciencia y fe que pueda portar un hombre. Dios nos guiará a la victoria. Me encuentro en las profundidades infernales del mal, pero nunca me rendiré ni doblegaré. Mi apoyo nunca faltará. Muchas gracias por todo.

Busquen en el lugar más remoto de su corazón si es necesario, aquel sentimiento tan especial de hacer justicia en cualquier lugar del mundo que te encuentres. Extiende tu mano y tu amor a estos pobres seres que lo necesitamos”.