La madre cubana María Luisa Fleitas Bravo, cuyo hijo Rolando Vázquez Fleitas fue injustamente condenado a 21 años de privación de libertad por su participación en las protestas del 12 de julio en La Güinera, aseguró que cada noche toca calderos para exigir su liberación.
Frente a las cámaras de la plataforma independiente CubaNet, María Luisa sonó su caldero y expresó: “Exijo y pido libertad para Rolando Vázquez Fleitas y para todos los presos políticos ¡Basta ya de injusticias! ¡¡Basta ya de persecución! Nosotras las madres cubanas, exigimos y pedimos libertad para nuestros hijos”.
Fleitas apunta que a su hijo no lo detuvo la policía en su casa, sino que lo citaron y como él no había cometido delito alguno, acudió a su citación sin preocupaciones.
“El 21 de julio a él lo citaron, no lo vino a buscar la policía ni nada. Lo citaron para la estación de policía para hacerle unas preguntas y como no tenía ningún delito él fue, y me lo dejaron hasta el sol de hoy”, explicó.
“Él había ido a buscar una latica de refresco a La Güinera, al kiosco del hermano y venía bajando por la calle con ella (…) Él no se percató que detrás de él venía gente. Ahí (en los videos) no se ve él gritando, ni fajados con policías. Ahí no se ve nada (…) y lo acusaron de sedición”, denunció la madre.
Durante el juicio, ella y otros familiares de los acusados fueron víctimas de represión policial: “Fuimos reprimidas por un policía. Nos amenazó a mí y a unas cuantas madres que estaban frente al Tribunal. Nos dijeron que teníamos que salir de allí con tremenda mala forma”, indicó.
Explicó que además del presunto delito de “sedición”, le fabricaron los delitos de “desacato”, “desorden público”, “atentado”. “Mi hijo no es ningún asesino y no iban a atentar contra la estación de policía, todo eso es mentira”, aseguró.
“Los siete testigos que fueron, incluyendo un recluso que andaba ese día con él, un policía, yo, la del Comité (CDR) donde vive la esposa y unos cuantos vecinos, lo defendieron porque él no tiene nada que ver con eso que le están poniendo”, relató Fleitas.
Con relación a la repercusión que ha tenido en ella la encarcelación de su hijo, manifestó: “A mí me ha afectado mucho. Pienso en él solamente. Cada vez que él me llama yo me siento mal. Son 21 años a los que lo condenaron por gusto. Él no hizo nada y aunque hubiese gritado, por pedir libertad no tienen por qué condenarlo a 21 años, porque lo que queremos todos nosotros es libertad. Es una injusticia que están cometiendo con ellos”.