La madre cubana Daneilis Tamayo, quien vive en las calles de Hialeah tras arribar a Estados Unidos en una balsa junto a sus tres hijos, mostró su gratitud por la ayuda recibida por la comunidad para celebrar el cumpleaños de su hijo menor.
De acuerdo con el reporte de Telemundo 51, el pasado miércoles 8 de marzo, Daniel cumplió 4 años de edad.
Una grabación publicada por la citada fuente, muestra el momento de la celebración en una guardería de Coral Gables, donde el pequeño pudo disfrutar junto a varios niños de ese día tan especial.
Tras la difusión del caso, los trabajadores del mencionado centro infantil se dieron a la tarea de que el niño pasara una jornada inolvidable.
En tal sentido, una de las trabajadoras señaló: “Enseguida pensé ‘yo tengo tantos cuatro que celebrar donde trabajo, me voy a dar a la batalla’. Llamé a mi directora, la localicé; llamé a la iglesia, me dieron su número de teléfono (de Daneilis) y mi staff y yo nos movimos”.
“Lo que hicimos no fue nada del otro mundo, pero sí queríamos que el niño no pasara por alto sus cuatro añitos, tan importantes para su crecimiento, pero aún más, su primer cumpleaños en nuestro país”, añadió la mujer.
Entretanto, Daneilis, de 34 años de edad y originaria de Holguín, señaló: “Me siento feliz porque, aunque no pude darle yo nada al niño, de varias instituciones le han dado y el mejor regalo para mí fue traerlo aquí a este país, donde es libre”.
La mujer se reunió con el concejal de Hialeah, Jesús Tundidor, en busca de asesoría legal, pues recibió la mala noticia de que enfrentan una orden de deportación.
Con relación al gran apoyo recibido por la comunidad de Miami, la madre precisó: “He podido ver que me están ayudando y me están dando aliento”.
La familia arribó a tierras de libertad el pasado 8 de febrero. Actualmente, duermen en una de las aulas de la iglesia Rescate, ubicada en la calle 10 y la avenida 4 del este de Hialeah, pero solamente puede estar en la iglesia de 6:00 de la tarde a 8:00 de la mañana.
Según contó a Telemundo 51: “Es difícil, porque solamente podemos estar en la iglesia de 6:00 de la tarde a 8:00 de la mañana. Me han dicho que puedo venir y estar con los niños cuando tengan sueño, pero es difícil, porque ahí no podemos consumir nada, no podemos tener alimentos, no puedo hacer nada de comer porque se echan a perder las cosas. No tengo trabajo”.
A pesar del difícil momento, Daneilis está feliz de haber salido de la isla: “Lo que veo bueno es que estoy aquí en Estados Unidos, en la tierra de la libertad, con mis hijos”.