La niña rescatada la noche del jueves de entre los escombros del edificio colapsado en Surfside, fue identificada como Stella Cattarossi, de 7 años, hija de un bombero de Miami que trabaja en la zona del desastre.
Según los datos proporcionados por las autoridades, la niña residía en el apartamento 501. Esa noche dormía en la misma habitación junto a su madre Graciela cuyo cuerpo sin vida también fue hallado junto a su hijita.
En otro cuarto se encontraban sus abuelos Graciela y Gino Cattarossi, y su hija Andrea, quien había viajado a Miami a visitarlos desde Argentina, donde se encuentran sus tres hijos.
El capitán de los Bomberos de Miami, Ignatius Carroll, explicó que el hallazgo de la menor fue hecho por el equipo de la Fuerza Especial de Florida-2 Miami: “Cuando se le hizo saber que estábamos cerca de donde podía estar su amada, entonces se puso al lado de algunos de sus otros compañeros bomberos. Pudimos traerla y luego, al menos, tuvo la oportunidad de despedirse”.
Julio Ramos, efectivo bomberil de Orlando, refirió que la pérdida de su compañero le duele como si fuera de su propia familia. Entre tanto, Erika Benitez, portavoz del departamento de bomberos de Miami-Dade, describió que la extracción del cuerpo de la pequeña Stella fue muy doloroso para todos.
“Todo el equipo que se encontraba trabajando allí formó una especie de túnel para que por en medio sacaran el cuerpo de la pequeña, una especie de homenaje a su compañero por haber perdido a su hijita. Fueron minutos de silencio, lágrimas, reflexión y respeto, pensando que pudiera pasarnos a cualquiera de nosotros”, expresó.
Por su parte, Alan Cominsky, jefe del Departamento de Bomberos de Miami-Dade, manifestó: “Es desgarrador el hecho de encontrar un hijo o una hija… Es escalofriante pensar en pasar por algo así, especialmente cuando ellos están aquí salvando vidas. Como seres humanos, llega muy adentro del alma”.
Margarita Castro, forma parte del cuerpo de rescate que estuvo en ese momento y relató cómo su colega, el padre de la niña, la sacó en brazos: “Fue un momento muy personal entre él y su hija… Así que en algún momento él hablará sobre lo sucedido. No nos corresponde a nosotros”.
Tras conocerse la identidad de la menor, su niñera, Laura Hernández, se presentó en el lugar desesperada entre tanto dolor: “Si fue la voluntad de Dios, está bien… sin duda todos ellos (la familia Cattarossi) tuvieron un propósito en nuestras vidas”.
Es de resaltar que amistades de la familia Cattarossi, crearon una cuenta en la plataforma de GoFundMe, para recolectar dinero destinado a los gastos fúnebres.
Otra de las víctimas halladas este jueves fue la cubana Magaly Elena Delgado, de 80 años. Su hija llegó al sitio de la tragedia y a pesar de su tristeza, confesó que no sucumbirá ante el dolor porque su madre le enseñó que “siempre debía ser fuerte, como ella; la fuerza de ella me mantiene fuerte”.
En una nueva conferencia de prensa, la alcaldesa de Miami-Dade, Daniella Levine Cava, señaló que firmó “una orden de emergencia que autoriza la demolición de lo que queda en pie del edificio. Seguimos trabajando en las áreas del colapso que podemos acceder. Es difícil para la gente que escapó y pudo sobrevivir, pero es una amenaza y es crítico tirarlo abajo lo más rápido posible… pero hay que estar claros en que una demolición no puede hacerse de la noche a la mañana. De hecho se necesitan semanas”.
Los equipos de búsqueda y rescate siguen trabajando entre las 1600 toneladas de escombros que quedaron en el lugar, tratando de aprovechar cualquier espacio que tengan para buscar cuerpos.
Sobre esto, el gobernador de Florida, Ron DeSantis, aseveró que los trabajadores no se detienen pero reconoció que “están agotados, física, mental y emocionalmente”.
Para la noche de este viernes la cifra de fallecidos aumentó a 22, mientras que 126 siguen sin ser localizadas.
El hecho es que a medida que transcurren los días, cuesta más alimentar la fe y la esperanza entre los familiares que aún esperan el milagro de que sus seres queridos aparezcan con vida.
