El cubano Alejandro López Portuondo, jefe de Grupo de Salvamento y Rescate del Cuerpo de Bomberos y una de las personas que participó en la operación que permitió sacar a un niño de nueve años de un pozo de cincuenta metros, reveló varios detalles del hecho.
La operación de rescate tuvo lugar el pasado viernes en la finca La Nobleza, propiedad que se encuentra ubicada en el Consejo Popular Cuatro Caminos, en La Habana y realmente fue una labor bastante difícil y peligrosa.
Portuondo explicó que cuando recibieron la llamada de auxilio partieron inmediatamente hacia la finca con todos los equipos para intentar rescatar al niño con vida y que lo primero que hicieron fue inspeccionar el pozo.
Sin embargo, ahí comenzaron los problemas, pues era un pozo de cincuenta metros de profundidad y sesenta centímetros de ancho, lo que dificultaba la tarea de bajar para sacar al menor.
“Utilizamos un sistema de poleas para realizar la extracción con todas las medidas de seguridad por la estrechez que tenía el pozo, ya que se trataba de un orificio reducido y por la capacidad física no teníamos acceso. Tuvimos un pequeño enlace con el menor, siempre se mantuvo en contacto con nosotros y respondía a las preguntas que yo le realizaba”, declaró.
Por su parte, Manuel Alejandro, Suárez, el técnico que consiguió sacar al niño del pozo, relató que no pudo utilizar el arnés de seguridad para subirlo de una forma más segura debido a que no había espacio para subirlo y a ambos se les hacía difícil respirar.
A pesar que el niño sufrió tres fracturas y que se le dislocó un hombro, pudieron sacarlo con vida del pozo y enseguida fue trasladado a un hospital para que recibiera atención médica especializada.