El balsero cubano Julio César Capote, quien fue rescatado en altamar después de permanecer diez días a la deriva, salió del hospital Jackson Memorial donde recibió atención médica, reportó Telemundo 51.
Este miércoles fue dado de alta y se le vio salir del centro de salud caminando pero con sus piernas vendadas para cubrir las quemaduras que sufrió mientras permanecía en la rudimentaria embarcación de 2 metros de largo por 1 de ancho, en la que había salido de Cuba junto a tres personas más: su tío Chenli Yoan Capote de 21 años, y los hermanos Josué Gabriel y Betsabet de Jesús Rojas Pareta, de 22 y 19 años, todos tratando de llegar a las costas de la Florida.
Antes de montarse en el vehículo de su familia que los esperaba fuera del hospital, Capote expresó: “Yo pensaba en muchas cosas, en si iba a llegar, si me iba a morir, qué me iría a pasar”.
Detalló además: “Nosotros salimos y al tercer día se nos viró la balsa, se nos bota la comida y el agua. Ese sol nos quemaba, y a la muchachita con el hermano se le empiezan a caer las uñas, a quemárseles las manos, a quemárseles las costillas. Dijo que no aguantaba más y se tiró al agua con el hermano. El hermano estaba peor que ella, desde que salió estaba vomitando deshidratado, vomitaba sangre y todo”.
Luego de eso, Julio César quedó solo con su tío quien según contó, ya estaba empezando a alucinar: “Se cae algo de la balsa y se tira a cogerla, y las olas eran muy grandes y se lo llevaron. A mí ya me daba lo mismo que me muriera o seguir vivo”.
Ahora el joven balsero se encuentra con su familia residente de Miami. Según el abogado de inmigración, Willy Allen, sus opciones legales serían: “Lo van a llevar a acción referida. Llega a la oficina de aduana entre otras opciones legales como un parol. Con ese documento puede ser que al tiempo pueda pedir su residencia”.