El pasado miércoles se realizó el sepelio de Grayson Martin Kessler, el pequeño de 4 años que falleció a manos de su propio padre la semana pasada en Fort Lauderdale, Florida.
La madre del menor, Ali Kessler, quien compartía su custodia con el padre John Stacey, reportó a las autoridades, que el agresor sufría de un trastorno de estrés postraumático, luego que fuera miembro de una secta durante cinco años, y alegó que su comportamiento errático estaba aumentando; razón por la cual temía por su vida y la de su hijo.
Kessler informó además que el hombre había colocado un rastreador GPS en su auto; todo esto la llevó a presentar una orden judicial por violencia doméstica para obtener una orden de restricción, justo unas horas antes de que el hombre cometiera el crimen, según registros oficiales.
De acuerdo con los detectives, se presume que el asesinato haya sido el pasado jueves en la tarde, en el propio departamento de Stacey situado en las Olas by the River número 520 y la quinta avenida al sureste de Fort Lauderdale; donde el viernes fueron encontrados los cuerpos sin vida del padre y el hijo.
La familia materna del pequeño dejó por escrito en un comunicado, que “el sistema les ha fallado pues, el hecho era totalmente prevenible”.