El actor cubano William Levy utilizó sus redes sociales para celebrar el aniversario número 25 de su salida de Cuba y de su llegada a Estados Unidos, un país que le ha permitido vivir en libertad y hacer realidad sus sueños.
William recordó que su infancia en Cuba fue muy bonita, pues a pesar de todas las carencias y necesidades que tenía su familia, pudo compartir con sus amigos y realizar muchas acciones divertidas.
Sin embargo, en Cuba tenían un gran problema, no eran libres y eso llevó a su familia a emigrar al igual que hicieron miles de cubanos para intentar comenzar una nueva vida.
Levy relató que su llegada a Estados Unidos no fue sencilla, pues no tenía dinero y no hablaba inglés, pero en ese país tuvo la oportunidad de hacer realidad sus sueños y de poder ayudar a su familia.
El cubano agradeció a Estados Unidos por abrirle sus puertas, a México porque le permitió sacar adelante su carrera profesional y a sus seguidores que lo han apoyado a lo largo de los años.
A continuación, reproducimos íntegramente las palabras de William Levy:
Aunque tuve una infancia hermosa en Cuba, debo decir que no fue la más fácil. Con solo un cuarto de pollo por persona al mes, un pan por persona al día y raciones de comida limitadas, siempre tenía hambre. No teníamos lujos como pasta de dientes, así́ que usamos carbón y bicarbonato de sodio. Poníamos calcetines juntos para hacer una pelota de béisbol y jugamos sin zapatos. Con creatividad e ingenio siempre encontramos una manera de perseverar.
Pero la parte más difícil de crecer en Cuba, la parte que atacó nuestras almas, fue no tener libertad. Nuestra capacidad de soñar y nuestros destinos eran limitados. Sabíamos que no importaba cuánto trabajáramos o estudiáramos o cuan grandes fueran nuestros sueños, siempre tendríamos los mismos resultados. Todos estábamos destinados a vivir la misma vida pobre y miserable sin futuro.
Finalmente, me di cuenta de que mi única esperanza era abandonar el país. Pasé mis días contemplando el océano y soñando con algún día llegar a los Estados Unidos de América, un país donde todo es posible. Ayer se cumplió el 25 aniversario del día en que ese sueño se hizo realidad. No tenía dinero y no hablaba el idioma, pero eso no importó porque finalmente tuve la libertad de vivir la vida que elijo y en los Estados Unidos, el cielo es el límite.
Esto también marca el día en que se abrió la puerta al resto del mundo. Desde entonces, ha sido un hermoso viaje. Gracias Dios, gracias Estados Unidos, gracias México, gracias América Latina y gracias a todos mis fanáticos de todo el mundo por darme tanto amor y hacer realidad los sueños de ese pequeño niño cubano.