Los médicos cubanos Alexander Jesús Figueredo Izaguirre y Alexander Raúl Pupo Casas solicitan ayuda para salir de la isla, ante la ola de asedio y hostigamiento desplegada por el régimen en su contra.
A través de sus redes sociales, Alexander Raúl realizó la solicitud el pasado sábado 9 de abril y junto a una imagen de cada uno de ellos, escribió un mensaje que es reproducido íntegramente a continuación:
“Qué tal familia. Por estos días decidí hacer una pausa casi forzada en esta lucha que no escogí, pero que la conciencia me impuso. Tocó tomar decisiones fuertes tras casi dos años separado de ese lugar que amo y al cual deseo con ansias regresar un día en una Cuba libre, o en un país donde no sea delito tener un cerebro capaz de desligarse de la doctrina impuesta y pensar con una voz que grita ‘¡quiero cambios, quiero ser libre!’.
He analizado cada segundo, luego de ser forzado a dejar mi bata en una maleta, pero logrando mantener mi estetoscopio a la mano, para cuando me han requerido en el barrio o en cualquier otro reparto de mi municipio ir y hacer lo que mejor sé, lo que más me gusta, eso que me devuelve el ánimo cuando estoy gacho, que es salvar vidas.
Gracias a mis seguidores y a muchas personas de buen corazón he logrado ayudar a personas que ni siquiera como médico hubiera podido ayudar. He pasado trabajo, sí, pero vale la pena desgastarse para ver la sonrisa de un padre cuando consigue el medicamento que su hijo necesita para curar su enfermedad, o la de un nieto viendo a su abuelo sonreír mientras el médico que vendía pan cuando era estudiante le dice ‘viejo, aquí está el medicamento que necesitaba, esto es un regalo de los cubanos libres’. Y, sí, familia, vale la pena desgastarse para salvar una vida y con eso me quedo.
Tras casi dos años de lucha contra los demonios que destruyen a mi país y contra los que me persiguen a mí mismo, he logrado mucho, desde mi desconfianza, desde mi orgullo, y contra cada campaña de descrédito que tontos útiles a un tirano han querido levantar contra mi persona.
Hoy me tocó decidir si me quedo en este país que amo, como nunca pensé que lo haría o si me marcho a perseguir mis sueños.
Quedarme significaría seguir al lado de los míos luchando por lo que creo justo, exponiéndome a que me fabriquen una causa o que me metan preso sin más. Quedarme significaría seguir en mi tierra amada, pero olvidar aquello para lo que me considero bueno, porque Dios así lo quiso. Nunca he sido bueno para perder, y por eso no considero derrota el exiliarme, Martí lo hizo en su momento. Creo que puedo ser más útil allá donde pueda utilizar mis manos para curar, aunque mi corazón siga en Cuba.
Seguro habrá quienes juzguen esta decisión, la considerarán cobardía o flaqueza. Otros, en cambio, apoyarán mis ansias de seguir persiguiendo mis sueños, sin más ambición que la de poder seguirme formando como médico de corazón y alma para cuando mi Cuba sea libre poder portar la bata dentro de un hospital cubano, esta vez sin ser esclavo de una ideología o ser juzgado por ella.
Desdichadamente, tras casi dos años de separación de mi trabajo, me ha tocado depender de mis seguidores y amigos para poder sobrevivir y ahora me toca hacer, como otras veces, campaña para solicitar ayuda, pero esta vez para el Doctor Alexander Figueredo y para mi persona.
Ambos hemos sido separados de nuestros trabajos por defender nuestra Patria, ambos sin familia en el exterior, ambos independientes de partidos u organizaciones que nos financien. Toca apelar a nuestros seguidores y amigos para que nos ayuden a recaudar los fondos para nuestra salida, toca dejar a un lado el orgullo y hacer esto que por lo menos yo quise evitar a toda costa.
Si Cuba fuera un país libre, no me importaría quedarme solo en ella, no para apagar el Morro, sino para mantenerlo encendido para cuando nuestros hermanos quieran volver, pero mi Patria está presa y mis hermanos han preferido llevarse su corazón a otras tierras. Detrás de eso decido marchar con su ayuda, y espero en el camino poder encontrarme con todos mis hermanos libres que, como yo, desean regalarles un país libre a sus hijos.
Por ahora me aferro a la bandera que tatué en mi pecho, mi bella bandera cubana, esa que no es comunista, pero está presa por esa ideología.
A los más de 11500 seguidores que tengo, les pido ayuda para que los médicos libres podamos perseguir nuestra libertad, no tiene que ser una gran suma, pues cuando somos tantos, lo poco se convierte en mucho. Ya sea un dólar, un euro o compartir el mensaje, en las manos de esta familia es un arma invencible. Con ustedes contamos, porque por ustedes somos casi imbatibles.
Esta es la cuenta común que está recaudando el dinero para ambos.
Zelle:// +1 (305) 989-2525
Paypal:// @DrOrganero
Muchas gracias”.
Que tal familia. Por estos días decidí hacer una pausa casi forzada en esta lucha que no escogí, pero que la conciencia…
Posted by Dr. Alexander Raúl on Saturday, April 9, 2022
Los internautas reaccionaron a la solicitud de ayuda de los galenos: “Cuenten con mi aporte, yo sé muy bien por lo que están pasando ustedes, colegas y hermanos de lucha, la libertad los espera” … “Están tatuados en el corazón de cada cubano de vergüenza y principios, y que saben llevar bien alto el nombre de nuestra amada Cuba libre. Usted sabe cuánto dolor estamos soportando, llegaremos un día, doctor. Dios los acompañe y los proteja. Estaremos muy felices por su triunfo, tienen que continuar sus vidas y su lucha. Les abrazo” … “Ustedes, colegas, se merecen una vida en libertad. Del otro lado estoy segura que van a poder llevar esa bata blanca y hacer lo que saben hacer con amor: brindar salud” … “Adelante, bendiciones a los dos, han hecho todo lo que ha estado en sus manos. Quien quiera libertad que la luche, ustedes han hecho ya su parte. Muchísima suerte y logren salir de ese infierno”.