Un grupo de 14 migrantes cubanos logró acceder a suelo norteamericano y fueron atrapados al llegar a la Florida, pero lograron quedarse al ganar el miedo creíble.
De acuerdo con el reporte de Telemundo 51, Miguel Mendoza, quien residía en el municipio habanero de Arroyo Naranjo, planificó la salida de la isla durante varios meses y para ello construyó una embarcación en la que se lanzó al mar junto a tres mujeres y otros 10 hombres en busca del anhelado sueño americano.
Mendoza relata detalles de la salida el pasado 7 de septiembre por el municipio artemiseño del Mariel: “Pusimos la balsa en el agua a las 10:30 de la noche, pero estuvimos empujándola por un río hasta el mar por siete horas. Se le puso la velocidad y arrancamos directamente con destino a Estados Unidos”.
Con relación a la llegada en horas de la madrugada del día siguiente, por la zona donde se encuentra la boya justo a 90 millas de Cuba, afirmó: “Yo decía pellízcame que estoy soñando. En ese momento no te da tiempo ni mirar, tú haces así lo miras y sabes que llegaste, mándate a correr”.
Tal y como narra Mendoza, corrieron, pero fueron interceptados por las autoridades cerca del lugar por donde tocaron tierra. En este sentido afirma que les explicaron a las autoridades que habían acabado de llegar y ahí en Marathon le comenzaron a hacer la documentación e hicieron la solicitud del asilo político.
En estos momentos Mendoza deberá acudir a un juicio de asilo político para poder permanecer en Estados Unidos.
Sobre las causas que le hicieron tomar la arriesgada decisión de lanzarse al mar, apuntó: “Para ser sincero, como está la política, la represión, la necesidad, el hambre, todas esas cosas que hay en Cuba, yo lo que tengo son 28 años y no puedo expresar lo que yo pienso, para que vivir oprimido”, al tiempo que criticó la postura del régimen durante las manifestaciones del pasado 11 de julio.
“Estoy en el país de la libertad, puedo caminar por las calles sin miedo. Aunque todavía sea una persona indocumentada, pero estoy completamente tranquilo porque veo a la policía y no le tengo miedo”, añadió con relación a sus días en suelo norteamericano.
Tras salir del centro de detención migratorio, se encuentra a la espera de recibir su permiso de trabajo y la licencia para conducir.