La cantante cubana Dianelys Alfonso Cartaya, conocida artísticamente como “La Diosa”, denunció en horas de la noche del pasado miércoles 2 de noviembre, que su hijo Axel, fue víctima de un asalto en el que lo amenazaron con un cuchillo en el cuello y le arrebataron su celular y sus chancletas.
A través de las redes sociales, la artista escribió: “Acaban de asaltar a mi hijo. Le quitaron el celular y sus chancletas. Lo material es lo de menos, lo peor es que ya aquí no hay paz ninguna”.
Posteriormente, realizó una directa en la que aclaró que su hijo se encontraba bien y agradeció a las personas que mostraron su preocupación por su situación tras el violento robo.
De igual manera, envió un mensaje al ladrón: “Para ti, que sé que vas a ver esta directa, porque sé que tú sabías que era mi hijo, porque lo estabas cazando, mira cómo tengo el cuello del estrés que yo tengo ahora mismo (…) Me ha salido un herpes en 10 minutos, por los nervios”.
“Los cubanos nos estamos haciendo daño nosotros mismos. Somos una vergüenza, somos una mierda (…) El teléfono no lo vas a poder utilizar, porque es un iPhone que tiene cuenta de iCloud.
Fíjate si eres estúpido que no vas a poder hacer ni pin** con él. No lo puedes vender porque nadie lo puede abrir, anormal”, añadió.
“Las chancletas que le quitaste, cuando las veas en la luz vas a ver que son unas chancletas viejas y desgastadas. Ahora yo te pregunto, ¿no era mejor tocarme la puerta y decirme ‘Diosa ayúdame que no tengo nada para comer’? Yo te lo hubiese dado, mijo. Que tengas buenas noches y que la pases bien con el teléfono que no vas a utilizar y con las chancletas desgastadas”, concluyó.
Los seguidores de la Diosa reaccionaron a su denuncia: “Dios mío, qué nivel de degradación en la sociedad cubana. Pobre chico, debe estar en trauma aún, pero lo importante es que no le sucedió nada. Diosa, ojos abiertos, cuidado no se repita” … “Después dicen que en Cuba puedes andar libremente en las calles sin peligro alguno. Sí, cómo no. Estamos viviendo las peores épocas de Cuba. Dios mío, apiádate de nosotros que ya nuestros hijos no pueden estar tranquilos. Pobre niño, el susto que debe haber pasado, y todo por cosas materiales. La vida es lo más importante, pero qué cosa que te la quieran arrebatar por nada, y eso nadie lo ve, amiga. Así estamos, en pura delincuencia. Dios nos libre. Cuídate mucho, príncipe. Mis bendiciones, mamita”.