La actriz cubana Ana de Armas recordó detalles de su infancia en la isla, donde comenzó su carrera en la que jamás pensó que alcanzaría tanto renombre tras su magistral interpretación del personaje de Marilyn Monroe en la película “Blonde”.
En entrevista concedida a AnOther, la artista de 34 años nacida en La Habana y que a los tres años se mudó a Santa Cruz del Norte, aseguró: “Mi corazón pertenece a Cuba, pero sabía que tenía que salir de allí para crecer. Siempre fui consciente del techo muy bajo que lamentablemente tienen los artistas cubanos y el pueblo en general. Sabía que tenía más que hacer, más que aprender”.
Al recordar parte de su niñez y adolescencia, expresó: “Estás en un país donde no tienes mucho contacto con el mundo, estás como en una burbuja. Pero de alguna manera eso te hace concentrarte en la vida y las amistades en lugar de todo el ruido”.
“Crecí descalza, corriendo por las rocas de la playa, nadando. Mis amigos y yo representamos obras de teatro para los vecinos. Me gustaba treparme a los postes de luz y a los árboles, y estaba obsesionada con rescatar gatos y perros de la calle; todos los días volvía con un nuevo animal y volvía loca a mi madre”, añadió.
De Armas señaló: “Crecí viendo todo, desde ‘Titanic’ hasta ‘Terminator’, pero siempre supe que la realidad estaba tan lejos de mi realidad. Los niños en los EE.UU. creen que pueden ser princesas porque puedes comprar un vestido de princesa y una corona de princesa y convertirte en una. Nunca tuve eso. Ni siquiera sabía a qué sabía una manzana”.
“Los actores cubanos me identificaban más: Daisy Granados, Isabel Santos, Verónica Lynn, esos eran los actores a los que admiraba. Pensé que estaría haciendo eso, no Marilyn. Pero, por supuesto, lo hice, porque me encantan los desafíos y sabía que emocionalmente podía llegar allí”, agregó.
Con 18 años de edad viajó a Madrid, España, y sin conocer prácticamente a nadie, en apenas dos semanas consiguió actuar en la serie de televisión local “El Internado”, la cual la colocó de inmediato en las portadas de revistas del país y alcanzó su popularidad entre los adolescentes.
“Estar sola en España fue muy duro. Nunca me pasó por la cabeza volver, pero fue duro. Nunca había estado en ningún otro lugar antes y fue un gran choque cultural. Para ser honesta, comencé a comer dulces, chocolate y donas, todo lo que nunca había probado cuando era más joven”, recordó la actriz.
Con relación a su elección para actuar en “Blonde” destacó: “No sabía si el cabello, el maquillaje lo harían, pero entendí lo que estábamos tratando de decir. Andrew me llamó después de la audición y me dijo: ‘Eres tú. Tenías que ser tú’. Pero luego tuvimos que convencer a todos los demás”.