El joven cubano José Miguel Fernández Lence, quien luchaba contra el cáncer y había llegado a Estados Unidos para recibir tratamiento médico, lamentablemente falleció el pasado 29 de abril.
La triste noticia la dio a conocer su hermana Daniela a través de las redes sociales: “Hola a todos, hago este video para darle la noticia con el corazón destrozado, que el pasado 29 de abril, a las 3 de la mañana, el corazón de mi hermano dejó de latir y lamentablemente perdió su batalla contra el cáncer”, dijo entre lágrimas.
“Quería agradecerles a todos los que nos ayudaron a darle la oportunidad de llegar a este país y que él viera con sus ojos y sintiera que si existen médicos que luchan y hacen hasta lo imposible por salvarle la vida a un paciente, cosa que en Cuba no tuvo”, añadió.
“Quiero agradecerles por haberme dado la oportunidad de haber vuelto a abrazar a mi hermano, llevaba un año sin verlo, y gracias a ustedes, a todos los que nos ayudaron, yo pude volver a darle un beso a mi hermano, poder cuidarlo y le pude decir que lo amaba”, prosiguió.
“Agradecerles infinitamente por sus mensajes de fuerza y apoyo, por habernos ayudado a compartir, habernos ayudado a reunir toda esa gran cantidad de dinero. Muchísimas gracias a todos y sé que mi hermano donde quiera que esté se los agradece igual. Gracias a todos”, culminó su mensaje.
Desde nuestra redacción lleguen a sus familiares y seres queridos las más sinceras condolencias. Descansa en paz José Miguel.
El pasado 26 de abril, Dani escribió un conmovedor mensaje en el que pedía oraciones para su hermano. En esa ocasión dijo:
“ME NIEGO
Como saben, mi hermano José Miguel Fernández Lence lucha contra la terrible enfermedad del cáncer hace más de 1 año, a pesar de tantas dificultades, dolor y sufrimiento, logramos traerlo a este país para salvarle la vida.
Teníamos una idea completamente distinta a lo que iba a ser una vez él llegara aquí… pero lamentablemente llegó y en menos de 24 horas fue ingresado en el hospital porque venía con mucho dolor y falta de aire, sin saber exactamente a qué se debía esa falta de aire, y los médicos aquí le hicieron miles de pruebas hasta descubrir que venía de Cuba con una infección en los pulmones que nunca le pudieron decir los médicos que “lo atendían” en Cuba que la tenía.
Poco a poco se fue complicando hasta llegar a terapia intensiva y ser entubado el pasado domingo 16 de abril. Ayer los médicos dan la información de que mi hermano se está cansando, que han sido muchos meses de él batallando para seguir adelante, y poco a poco su cuerpo está comenzando a debilitarse, y se está yendo de las manos de ellos, se mantienen haciendo todo lo posible para que se recupere, le están dando con todo, como es de esperarse en este país…
Por lo que en estos momentos solo queda seguir pidiéndole a ese Dios tan grande que hay en el cielo y me lo ha cuidado y dado tantas fuerzas para seguir luchando y llegar hasta aquí…
Queda que juntemos una vez más nuestras manos, que oremos todos unidos y le pidamos a Dios por la sanación de mi hermano, por su pronta recuperación, que le dé aún más fuerzas de las que le ha dado para que él siga luchando y sienta que todos estamos aquí también junto a él luchando, y principalmente, que le haga el milagro de ver crecer a sus hijos, porque mi hermano se lo merece, y yo sé que esta enfermedad no perdona, pero él es un hombre de bien, noble, con muchos amigos, con una pasión inmensa por la pintura, que ama a sus hijos y esposa, un hermano, hijo y nieto que ha sido el preferido de todos, el niño de todos…
Y ME NIEGO a creer que por culpa de los médicos que no lo quisieron atender, por su falta de ética profesional como médicos y principalmente falta de humanidad ante un joven de 33 años y con dos niños pequeños y con ganas de seguir luchando y de vivir, por ellos simplemente decir NO hay más nada que hacer, ME NIEGO a creer que Dios permita que la vida de mi hermano no sea lo suficientemente larga y plena para disfrutar de sus hijos por simplemente haber sido condenado por unos médicos, ME NIEGO rotundamente.
Mantengo mi FE y ESPERANZA en Dios y su poder de hacer milagros y demostrar que la ciencia se puede equivocar. Mi hermano va a salir de ahí y se va a recuperar poco a poco para ver crecer a sus hijos al lado de ellos, porque YO LO DECLARO SANO EN EL PRECIADO NOMBRE DEL NIÑO JESÚS Y DE SU PADRE TODOPODEROSO Y SEÑOR DE TODOS”.
AMÉN”.
