Un padre cubano argumentó las causas por las que decidió firmar el permiso de salida del país para su pequeño hijo, lo cual representó para él una difícil decisión.
A través de sus redes sociales, Nelson Álvarez, escribió el pasado viernes 3 de febrero: “Solo quiero que compartan este post, tal vez el más doloroso y triste que he hecho, para que esos padres que como yo se ven en este dilema lacerador, tomen conciencia de que se trata del bienestar y el futuro de nuestros hijos, que va más allá del dolor que podamos sentir al tomar tan difícil decisión. Que mi experiencia le dé la vuelta al mundo y sea un ejemplo del sacrificio que somos capaces de hacer por nuestros hijos, sin pensar cuánto olvido puede caber en un adiós”.
El padre ofreció detalles de su decisión: “Alguien me preguntó ¿dejarás ir a tu hijo? Y, para no darle muchas vueltas al asunto, le respondí: ‘Sí, pues le gusta mucho la leche, pero ya tiene 7 años; porque no quiero que solo coma pollo, picadillo y perritos; para que no tenga que renunciar un día a sus sueños; para que un juguete no se convierta en su utopía, para que pueda escoger como quién quiere ser sin que nadie se lo imponga, para no romper su albedrío, para que su vida no se diluya como la mía en angustias y desesperanzas, porque no antepondré mi dolor a su futuro”.
“Creo que son suficientes motivos, ¿no te parece?, pero ya que preguntas, te digo. Dios tendrá que rogarme para que perdone a los desalmados arquitectos de semejante disyuntiva. Y por favor, no me preguntes por qué me llaman ‘El Porfiao’, ya sabes la respuesta”, concluyó.
Los internautas reaccionaron a la respuesta del padre: “Mi única hija se fue con mis 3 nietos hace 11 meses a luchar por un futuro mejor. Es súper duro enfrentar la distancia” … “Yo dejé ir a la mía hace un año ya, y jamás había tomado mejor decisión. Mi guerrera hizo el viaje junto a su mamá y hoy vive dignamente, estudia gratis con calidad y tiene salud gratuita, de calidad. Mi hija hoy me da las gracias y yo soy feliz de que tenga un futuro”…“Nunca le negué la salida a ninguno de mis hijos, ni lo haría. Es mejor la luz que la esperanza de una vela, que ni siquiera se ha encendido”.