La madre cubana Anabel Hidalgo Rosabal se encuentra solicitando una visa humanitaria para garantizar el tratamiento adecuado de su hijo Daniel Alejandro Llamo Hidalgo, de 13 años de edad, quien padece de una encefalopatía hipóxico-isquémica (EHI).
Hidalgo, residente en el Reparto Eléctrico en La Habana, declaró a la plataforma independiente CiberCuba que realizó todos los esfuerzos para que su hijo recibiera la mejor atención médica, pero la intervención quirúrgica que le realizaron hace tres años le provocó graves secuelas motoras y cerebrales.
En tal sentido, explicó a la citada fuente: “Mi niño nació con glaucoma y lo operaron por primera vez a los dos meses de nacido. A los 9 años volvieron a operarlo, pero no solucionó su problema. Un año después tuvo otra intervención quirúrgica en el Instituto Cubano de Oftalmología ‘Ramón Pando Ferrer’ y ahí fue donde comenzó mi pesadilla”.
Al menor le dio un paro durante su operación y cuando lo reanimaron le provocaron un neumotórax. Así lo explicó su madre: “Cayó en estado de hipoxia y estuvo entre 30 o 40 minutos sin respirar, porque la ambulancia que debía trasladarlo al Juan Manuel Márquez no llegaba, provocándole una afectación cerebral grave. No tengo asistencia social y la atención que necesita el niño solo la puede recibir en un hospital”.
Dada su complicada situación, la madre realizó sus gestiones para ingresarlo en el Centro Internacional de Restauración Neurológica (CIREN) ubicado en el municipio capitalino de Playa, pero esto no fue posible debido a que el menor tiene una traqueotomía.
Por tal motivo, la madre señaló: “No voy a arriesgar la vida de mi hijo por ingresar ahí, y si le quito la intubación se puede ahogar con las flemas. Él no come por la boca, tiene una gastrostomía”.
Daniel Alejandro estuvo ingresado en el Centro Nacional de Rehabilitación “Julio Díaz González”, pero no mejoró y según la mujer, en estos momentos no hay disponibilidad de camas ni condiciones para su hospitalización. “Lo traje para la casa y le pagué a una persona para que le hiciera rehabilitación y mejoró un poco, pero la vida es cada vez más difícil y no me lo puedo permitir”, precisó.
La mayoría de los alimentos que consume el menor solo se comercializan en las tiendas en MLC y sus medicamentos son adquiridos en el mercado informal, debido al déficit de los mismos en la red de farmacias del país.
Sobre el mejoramiento del estado de salud de Daniel, su madre indicó: “Los que se han acercado me han dicho que el niño tiene muchas probabilidades de adquirir sus habilidades de nuevo, pero aquí no hay disposición para ayudarme y ninguna institución estatal se ha preocupado por reevaluarlo. Pido ayuda para obtener una visa humanitaria que me permita darle toda la atención que necesita”.
Ante el desconocimiento del procedimiento para la adquisición de una visa humanitaria, la madre ofreció su número de celular [(+53) 55 35 37 33] para las personas que deseen ofrecerle cualquier ayuda u orientación.