Testimonio de esposa de chofer fallecido en explosión del Saratoga: “Vivía para nosotros”

Yanet Sánchez, esposa de Julián Pupo Castellanos, fallecido en la tragedia del Hotel Saratoga el pasado 6 de mayo, lo recordó con mucho orgullo en una entrevista concedida a Resumen Latinoamericano.

Pupo operaba junto a Orlando Vargas el camión cisterna de gas licuado que se encontraba ofreciendo servicio en la instalación turística.

La joven de 33 años de edad, cuenta que Pupo es natural de Holguín y se mudó a La Habana en el año 2008 por invitación de su hermano, luego de terminar el Servicio Militar Activo.

“Yo tenía 18 años y él 19. Desde el inicio fue una relación seria. Mi familia lo miraba de arriba abajo, ‘cuídanos la nieta’, le decían mis abuelos que siempre han sido muy celosos conmigo”, cuenta Yanet.

“Mis padres lo acogieron como a un hijo. Comenzamos a vivir juntos muy jóvenes, yo no sabía hacer nada en la casa. Él lo hacía todo, fue quien me enseñó a cocinar. Se arrebató cuando salí embarazada de nuestro primer hijo, al momento corrió a buscar trabajo y consiguió una plaza como chofer en la Empresa de Gas”, recuerda.

Al nacer su tercer hijo en el año 2019, Yanet cumplía los requisitos para solicitar una vivienda en el municipio Guanabacoa. Al siguiente año, les facilitaron un terreno y la adquisición de materiales de construcción.

En tal sentido, señaló sobre Pupo: “Corriendo comenzó a construir, hizo un cuarto, el baño y la cocina para mudarnos lo antes posible a nuestra casita. Sabía hacer de todo, lo que se propusiera lo hacía y le quedaba bien”.

De igual manera, el joven ayudó a su madre y a otros vecinos: “Él no solo construía nuestra casa, le hizo a su mamá la cocina, ayudó a los vecinos a levantar sus paredes. Si a alguien se le rompía la lavadora, la arreglaba él”.

Yanet recuerda con orgullo lo especial que era Pupo: “Mi esposo es el que muchas mujeres sueñan tener. Nunca discutíamos, llamaba a la manicura para guardar un turno para mí. Mi esposo era mi peluquero, él me teñía el pelo, quitaba los cayos de mis pies, hasta eso”.

Asimismo, recuerda las bromas que se hacían: “Cuando Julián se dormía yo le pintaba la cara, se despertaba y nos reíamos. Él no sabía qué pasaba y cuando se miraba en el espejo reíamos más. Éramos una familia feliz, lo teníamos todo”.

Con relación al momento en que recibió la triste noticia de la tragedia, explicó Yanet: “Cuando me entero de la noticia, sin una lágrima le digo al niño ‘Ahora vengo, mi amor’. Fuera de la casa, sin que los niños me vieran me volví loca, los vecinos no comprendían qué me pasaba, me sequé las lágrimas y entré a la casa”.

Poco después recibió una llamada de Medicina Legal para identificar el cuerpo de su esposo. “Ese hombre vivía para mí y sus hijos, este celular que tengo ahora me lo compró reuniendo kilito por kilito”.

Asimismo, destacó que su esposo siempre conseguía regresar temprano a casa: “Salía del trabajo corriendo para la casa, los amigos le decían ‘pero quédate vamos a compartir un rato’ y él: ‘no, no, no, que tengo que hacer no sé qué…’, siempre llegaba temprano y hacíamos las cosas de la casa escuchando música, le encantaba la música”.

Finalmente, Yanet aseguró que, a pesar de la ausencia de Pupo, debe ser fuerte por sus tres hijos: “Ahora quiero estar para los niños y continuar todo lo que dejó por hacer, en honor a Julián, el amor de mi vida y de la vida de nuestros hijos”.