Una madre y sus tres hijas que se encontraban en un local estatal abandonado, en el municipio habanero de San Miguel del Padrón, fueron desalojadas la tarde del pasado lunes 17 de enero por autoridades de ese territorio.
Antes de ser desalojada, Ariadna López Sotolongo, contó a la plataforma independiente CubaNet, que ella y sus tres hijas residieron durante una semana en el local abandonado, perteneciente a la Empresa Copextel, luego de haber permanecido por alrededor de tres meses durmiendo en portales y en casa de amistades.
López decidió ocupar el local, debido a que la mayor de sus hijas tenía fiebre alta: “Ya yo no tenía dónde estar, hice todos los trámites, fui a vivienda y al Gobierno y siempre me bateaban. No me daban noticias de nada, sólo me decían que me avisarían, pero la situación no cambiaba”.
Cuenta López que su niña menor no ha podido ser operada, ya que no tiene un lugar donde residir, en el que pueda realizar su reposo post operatorio con tranquilidad.
Una vez que ocupó el local, comenzaron de inmediato las amenazas por parte de las autoridades locales: “El jefe de sector de aquí vino con dos secuaces más a amenazarme a mí y a la niña, diciéndonos que ellos iban a entrar y que nos iban a sacar, aunque sea por los pelos, y que iban a picar el candado. Como la niña mayor mía, de ocho años, le dijo que no podían hacer eso, entonces mandan gente a vigilarnos y a estar asustándonos”, denunció la madre.
“Yo pido un local donde estar con mis hijas, como si me quieren dar este mismo que está cerca del policlínico y de la Calzada, porque ellas son enfermizas”, expresó.
Según López, durante los siete días de estancia en el local, apenas pudo bañar a las niñas porque no había condiciones para ello: “No tengo calentador y aquí hay mucha frialdad, y como son asmáticas no las puedo bañar”, explicó.
De igual manera, precisó que no tenía cómo calentarles la leche a sus niñas, porque no había fluido eléctrico, no obstante, recibió gran apoyo de parte de los vecinos, quienes le prestaron un televisor para el entretenimiento de las niñas, así como una lámpara.
Añadió que el local fue entregado a varias personas y ninguna lo aceptó, debido a las malas condiciones constructivas, sin embargo, en cuanto ella y sus niñas lo ocuparon, las autoridades comenzaron el asedio para sacarlas de allí.
“Me siento mal, porque las niñas lloran al querer tener su casa, quieren estar jugando en el patio, donde no pueden, porque nos están vigilando y tengo miedo que nos saquen de aquí”, afirmó envuelta en lágrimas.
Finalmente, las autoridades desalojaron a la madre del local y fue entregada en la vivienda de sus padres.
En tal sentido, declaró a CubaNet: “Me sacaron de ahí y me trajeron hasta el domicilio de mis padres, porque dicen que en la calle no me podía quedar y que mañana iban a tener una reunión conmigo, porque el Gobierno de San Miguel del Padrón hizo un mal trabajo con mi caso”.