Continúa la angustia de los familiares de Bryan Rommel Corrales Bravo, el niño cubano de 14 años que falleció de un infarto en la selva del Darién cuando junto a su familia trataba de hacer la travesía para llegar a Estados Unidos.

Bryan, su hermanita y su padre fueron algunos de los sobrevivientes del naufragio ocurrido en el mes de octubre en el que falleció su madre, la cubana Lisandra Bravo, cuando trataban de llegar a Panamá, para luego continuar su viaje.

Ante estas dolorosas pérdidas, María Caridad Semino, tía de Bryan, quien actualmente reside en la Florida, relató parte de la historia de su familia al periodista de América Tevé, Mario J. Pentón: “En 2018 salimos mi familia, mi hermano mi cuñada, mi sobrina, sus dos hijos, su esposo, mi hijo, mi esposo, salimos de Cuba por circunstancias que padecíamos como persecuciones, cosas que nos obligaron a salir de la isla”.

Prosiguió diciendo: “Decidimos venir a Estados Unidos, sin embargo no pudimos y nos fuimos para Chile. Allá estuvimos varios años, yo estuve dos años, mi familia se quedó, luego de tres años decidieron salir de Chile por asuntos de los papeles, así que también les tocó cruzar frontera”.

Haciendo referencia a la tragedia que está viviendo su familia con la muerte de sus seres queridos Bryan y Lisandra, indicó: “Muy duro esto que nos está pasando a la familia, estamos muy consternados. Estamos sin palabras”.

En cuanto a la información que han recibido sobre todo lo que tuvo que pasar la familia afectada detalló: “Llegaron a Colombia, allí contactaron a alguien que supuestamente los iba a trasladar hacia Panamá, y estando allí dieron 500 dólares por cada uno para pasarlos en una lancha de Colombia a Panamá. Ellos querían evitar la selva. Pero estas personas sin escrúpulos metieron a más personas de las que soportaba la capacidad de la lancha”.

Explicó que antes de abordar la embarcación, ella conversó con su sobrina Lisandra quien le aseguró que todo estaba bien, que la lancha se veía buena, incluía chalecos salvavidas, pero le sorprendió que junto a ellos hayan embarcado a más personas, de allí que no alcanzara las medidas de protección para todos, entre ellos, Lisandra no recibió chaleco.

“Lamentablemente en la madrugada naufragaron, la lancha se hundió. Muy triste todo eso, por mi sobrina no pudieron hacer nada, incluso se apoyaban de su cuerpo porque se iban a ahogar todos. Los niños estaban allí viviendo ese momento tan triste. Los pudieron rescatar a todos incluyendo su cuerpo, evitando que los tiburones se los comieran y la desgracia fuera peor”, manifestó.

María Caridad Semino, explicó que fue por la tarde cuando todos fueron rescatados: “Ya mi sobrina estaba descompuesta. Mi familia estaba allí, viendo eso, devastada, y fueron apoyados por la gente de Colombia, quienes todavía están muy preocupados”.

Destacó la atención desinteresada que recibieron el padre de sus sobrinos y los niños por parte de habitantes de Acandí: “Los pastores de allí le brindaron mucha ayuda, mucho afecto, comida. También recibieron asistencia médica. A mi sobrina no pudieron enterrarla allí, así que la pusieron junto a dos haitianas más que murieron con ella”.

“Allí pasaron muchos días ingresados porque tenían muchas quemaduras sobre todo la niña de 5 años, estaban deshidratados. Después de casi 18 días decidieron salir del hotel donde los estaban atendiendo. Les ofrecieron comida y bebidas para que se llevaran a su travesía. Sin embargo, conversando yo con habitantes de la zona, me aseguraron que no le dieron ninguna ayuda, sino que los lanzaron a la muerte. Tuvieron que pasar por lugares muy malos junto a otros cubanos y otros migrantes más, que de hecho aún siguen en camino”, aseveró visiblemente afectada la mujer.

En cuanto a su sobrino Bryan, aseguró que el niño estaba bien: “No tenía nada, era un niño sano fuerte de 14 años. Pero parece que se sintió mal en la subida de la Loma, no alcanzó a llegar. Allí mi familia me llamó muy alterada para que me comunicara con los de los derechos humanos en Colombia para que manden un helicóptero porque Bryan estaba muy mal. Después al rato llamaron para decir que había fallecido”.

Luego de eso no han vuelto a tener comunicación con el resto de los familiares, quienes han recibido amenazas de muerte por parte de los coyotes.

El Defensor del pueblo de Colombia, se dirigió a la opinión pública exigiendo la creación urgente de un puente humanitario entre Colombia y Panamá para evitar tragedias como la sucedida con esta familia.

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